Sí, la magia existe.
Eso al menos fue lo que sentí cuando terminé mi primera novela. Y me hice ferviente seguidora de los milagros cuando la subí a una editorial electrónica.
Ahora que la cosa anda lenta en cuanto a ventas, pues mi fe anda medio remolona.
Pero no es mucho lo que puedo hacer al respecto, más que difundirla...
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