Portadas para San Calentín...

Dado que San Valentín ya está encima (me refiero a la fecha, no a lo otro, mal pensados). 
Decidí subir las portadas que hice para el Ebook de la Colección del 2008.
Fue un momento muy especial, AlexandriaJzMc estaba en el hospital y todas rogabamos porque saliera bien de la operación. El 15 supimos que se había marchado más allá de las nubes y la antología tuvo un sabor amargo.
La portada la hice con el arte que ella me envió justo antes de enfermarse, pero hubo otras chicas que también colaboraron y aquí subo las alternativas que hice.
D




Libros, mis libros... Wow!!

http://www.editoradigital.info/es/shop/7-novelas-español/119-s.j.valenzuela---dos-rincones-del-mundo.html


Sí, la magia existe.
Eso al menos fue lo que sentí cuando terminé mi primera novela. Y me hice ferviente seguidora de los milagros cuando la subí a una editorial electrónica.
Ahora que la cosa anda lenta en cuanto a ventas, pues mi fe anda medio remolona.
Pero no es mucho lo que puedo hacer al respecto, más que difundirla...

Cuentos, cuentos, cuentos


Esta es la portada de mi primer libro de cuentos homoeróticos. Es algo como un tentempie para lo que vendrá.
No sé qué tan emocionada debería estar. más porque no se han  vendido más que dos ejemplares. Me siento como si estuviera parada en el desierto gritando algo que ni yo sé qué es...
En fin, está en este link. En una de esas se interesan por lo que tengo que decir.

ALGO DE INSPIRACION


http://www.youtube.com/watch?v=HFSAffL-nHU
Esta canción es una maravilla.
La crearon los Monty P. para su película "La Vida de Brian" y es el mejor antídoto que conozco para esos momentos en que el muso anda escapando.
Es una de aquellas cosas en las que te apoyas cuando crees que la vida es una mierda. Bueno, casí siempre parece serlo, pero si la miras de soslayo verás que tiene cosas entretenidas y sí además puedes cooperar con un granito para hacerla más divertida, pues adelante.

Cumple de un nuevo amigo

Un nuevo amigo llegó a mi vida, y le escribí esto para sus 50 años. Felicidades Gonzalo.





¡FELIZ CUMPLEAÑOS…!
¡YA ERES INMORTAL!


Se miró al espejo con el cansancio colgado de sus ojos.
Se miró al mismo espejo que lo vio hacerse el nudo de la corbata el día de su graduación. El mismo frente al que se peinó el día de su boda. El mismo al que le presentó a sus hijos recién nacidos. El mismo espejo de cuerpo entero que era el más fiel y honesto de sus amigos.
La imagen había variado con los años pero seguían siendo en esencia, los mismos amigotes de siempre.
¿Cómo era posible que toda su vida se resumiera en intervalos de sucesos medidos por las veces que se miraba al espejo?
Se arregló el nudo de la corbata atarantándose los dedos por la infructuosa obligación de llevar cadalso.
Si lo pensaba bien, a esta edad, su abuelo ya no vivía. Su padre tenía hijos mayores y él…
Suspiró profundo. Era increíble como la vida cambiaba a medida que los siglos se apretujaban en el calendario.
El espejo siempre impasible, le devolvió la mirada con una imagen algo gastada. Nada quedaba del niño soñador lleno de dulce y ansiedad, ya no era aquel jovencito de cara interesante y gesto arrogante. Tampoco vio al adulto joven que se vanagloriaba de su facha y sus logros. Ahora, desde la prisión de cristal, le llegó una silueta más parecida a su padre que a sí mismo.
Optó por lanzar la corbata bien lejos de su cuello, no tenía sentido ponerse algo que le molestaba, cumplir cincuenta años debía traer aparejada alguna libertad en su proceder más allá que engrosar su billetera y su cintura.
Los zapatos no venían al caso sí no iba la corbata agazapada en su sombra; así que terminaron en el fondo del armario como el resto de su armadura de señor mayor pero no tan viejo.
El pelo era un lujo que lo iba abandonando conforme las canas le redecoraban la autoestima, así que aceptó con humildad de guerrero vencido, que peinarlo era un placer inmerecido.
Bigote y barba iban bien, eso le dijo el espejo y le creyó, no tenía razones para desconfiar. Qué ganaba el pobre trozo de vidrio con permitirle andar greñudo el día de su ingreso al mundo de los mayores.
“Se cumplen cincuenta años una vez en la vida”. Le habían dicho, lo que le sonó a estupidez redomada, porque todos los años se cumplían una sola vez en la vida. Pero algo en esa frase le removió el espacio entre el pecho y la espalda. Ya no volvería a ser joven; a partir del instante en que apagara cincuenta velas, el mundo lo miraría distinto. La lista de cosas que no se le permitirían hacer aumentaría al igual que el número de llamitas que tenía que apagar.
La rebeldía que había amasado desde niño destelló en su corazón y se dio gusto y placer de mandar las reglas al divino carajo. Revolvió su armario bajo la atenta y cómplice mirada del espejo. Sacó todos aquellos pedazos de armadura que había atesorado a través de los años, con la única y egoísta razón de que le traían buenos recuerdos, le quedaban bien o lo hacían lucir perfecto.
Cuando terminó de engalanarse, se descubrió vanidoso frente a su amigo de siempre. Llevaba aquellas sandalias borrachas que lo acompañaron en todas las fiestas de la universidad, el cuero estaba algo duro por pisar tanta arena y barro, pero le calzaron como guantes de cabritilla.
En lugar de una camisa blanca de cuello tieso y colleras, llevaba la polera de su equipo de fútbol favorito, con la firma de todos los jugadores, medio desteñida pero siempre digna y soberbiamente manchada. Y sobre ella, la camisa hawaiana que había comprado en su luna de miel en Brasil. Ni siquiera intentó abotonarla, sería desperdicio de tiempo. Hacia rato que el exceso de pizzas y completos había alejado los botones de sus ojales; igual como se alejaban sus cejas del nacimiento de su pelo.
A modo de estandarte, se puso sus jeans más viejos, pero antes les cortó las piernas a la altura de la rodilla y desflecó la tela. Sí, ahora estaban más cómodos que nunca, los había encontrado en una tiendita picante del sur del mundo y nunca, ninguna prenda le quedó mejor que esos inseparables y siempre fieles desteñidos pedazos de mezclilla. El botón original se le había perdido en algún asado bien regado, pero lo había reemplazo por un híbrido salido del pantalón de su esposa que ni enterada estaba del trueque. Claro que le costó más de unos segundos convencer al cierre de subir, porque la grasa abdominal no quería esconderse tras tanta tela y perderse el agasajo.
Y para que el atuendo de nuevo hombre mayor estuviera completo, dejó su argolla de bodas colgando de una cadena de oro en su cuello; el reloj y los calzoncillos los guardó donde siempre, el cajón del velador, y agregó suficiente perfume de su hijo para que todo fuera bien bizarro y divertido.
Se irguió frente al espejo con la estupefacta dignidad de sentirse la reencarnación de un caballero cruzado o al menos parecer el primer cosmonauta al infinito.
El espejo asintió, aplaudió y lo felicitó.
Luego hubo silencio… era necesario, ya no podría volver a mirarse en él sin sentir que perdía la vida. Emuló a uno de sus dioses de referencia y tomó el paraguas de su abuelo, ese con cacha de marfil. Seria su espada en la única batalla que daría en su vida, sabiendo que ganaría la inmortalidad y perdería a su mejor amigo.
El espejo inspiró con fuerza y se llenó de eternidad, ahora sería el sarcófago que guardaría la imagen inmortal de un hombre feliz. Ahora, en sus fauces de cristal reposaría para siempre, cual Dorian Gray, Gonzalo B de cincuenta años.

Cuando bajó las escaleras a paso feliz, con sonrisa de satisfecho y colmado de sabiduría; su esposa y los amigos que lo esperaban para decir “Feliz cumpleaños, ya eres oficialmente viejo”, le preguntaron por ese ruido extraño.
Él sólo respondió: —El espejo, el espejo se quebró.
—Siete años de mala suerte —agregó el ácido de siempre.
Pero el gran caballero cruzado, el sabio de la tribu, el primer cosmonauta al infinito, el nuevo hombre mayor, negó con aire arrogante. —Nah, la suerte ya me le gané, hoy entro a la mejor parte de mi vida.

D.

http://www.editoradigital.info/es/shop/7-novelas-español/119-s.j.valenzuela---dos-rincones-del-mundo.html

Mi primera novela formalmente llevada a una editorial.
Es emocionante... y algo más.
Sí desean leerla, he ahí el link.

Resumen
El romance se había acabado, aquel mundo de aventuras que siempre anheló y que había sido suyo por pocos meses, ya no existía en la vida de Cassandra Songeur. La rutina era su guía espiritual, la monotonía su asesor comercial y la cómoda seguridad económica su hada madrina. Hasta que una noche de trabajo aburrido, pulsó la tecla equivocada de su computador y la magia le abrió las puertas de un mundo de sueños insólitos, demasiadas preguntas y una que otra extraña respuesta.

¿Qué hay de cierto en eso de que las coincidencias no existen? Pues ella está a punto de descubrirlo sí es que se atreve a contestar el saludo de un desconocido en el chat.

AlexandriaJzMc






Amo los banner.
He hecho varios y estos son algunos de mis favoritos.
Los hice para Alex, mi queridísima y recordada Hilandera.
A ella le encantaban las libélulas, los chicos besándose y el mar. También los fractales y chatear. En fin, le gustaba la vida y era una gran escritora, y la mejor de las amigas en la red.

Haschariel



Esta portada es especial.
La hice con un arte de Haschariel, y nunca supe si le gustó o no. Sí alguien en algún lugar sabe de ella, díganle que se dé una vuelta por estos burgos y me cuente.

Portada Agosto



Esta portada es una de muchas que hice para el ebook de la Colección Homoerótica y el Grupo Origin_Eyaois.
Es entretenido tomar el arte de alguien y convertirlo en una portada. Aunque a veces los contenidos de los libros no tienen nada que ver con el arte que se seleccionó.
BIOGRAFÍA

DABLÍN es una escritora de anhelos raros, de tiempos robados, de cuentos escondidos. De origen chileno, de profesión imaginadora, de hobby imaginante y creadora a tiempo completo, con algunos diplomas y títulos bajo el brazo.
Según la universidad es diseñadora, para el mundo es escribiente y para su almohada es una soñadora empedernida.
Ha lanzado sus letras al mundo de la homoerótica, del romance hetero, de la ciencia ficción y del humor negro.
Tiene demasiados años pero no suficientes y prefiere contar historias de otros que hablar de sí misma.